Paquete de seis Navy SEAL (Spanish Edition)

Paquete de seis Navy SEAL (Spanish Edition)

El SEAL Benjamin "Montana" Raines se apoyaba en el lateral de un edificio anodino del centro de Washington, DC. Cualquiera que lo viera supondría que no era más que otro edificio de oficinas lleno de hombres de negocios o grupos de presión para convencer a un congresista o senador de su forma de pensar.

A Montana le gustaba estar al aire libre, aunque fuera en una calle concurrida de DC. Prefería el aire libre y los grandes cielos de su estado natal, Montana, pero esta ciudad era un cambio agradable con respecto al calor, la humedad y los mosquitos de su lugar de destino en Stennis, Mississippi. No es que Mississippi le importara demasiado. Aquella pequeña ciudad atrasada albergaba el río Pearl y algunos de los mejores entrenamientos fluviales del país.

Durante los últimos cuatro años, Montana había formado parte del SEAL Boat Team 22, o SBT-22, como lo llamaban él y su equipo. Los hombres del equipo eran más de su familia que su propia familia en casa. Había estado en el infierno y de vuelta con sus compañeros del equipo SEAL y daría su vida por todos y cada uno de ellos.
Entrenado para llevar a cabo operaciones encubiertas en entornos fluviales y selváticos, Montana se sentía un poco fuera de su elemento y desnudo en DC. En lugar de árboles, maleza y bichos, su entorno consistía en hormigón, coches y pavimento. Lo que más le molestaba era que no podía llevar un arma abiertamente y que no llevaba ningún tipo de protección: ni casco de Kevlar ni chaleco antibalas. El uniforme del día era de paisano, con órdenes de intentar parecer que pertenecía a Washington DC. Sobre todo, estar atento a su nuevo compañero.

Su equipo lo había elegido para esta operación porque era bueno camuflándose y tenía experiencia con bombas. Ya fuera en un desierto, un bosque, un campo de golf o una ciudad, podía pasar desapercibido. Por lo que le habían dicho, su compañero tenía habilidades similares. Por eso no la había visto todavía.

La necesidad de pasar desapercibido sería útil en una ciudad donde pasar desapercibido normalmente no era el objetivo. Todo el mundo en DC era, o quería ser, alguien. Desde los políticos, siempre pendientes de las próximas elecciones, hasta los grupos de presión o los líderes de los comités de acción política. Todos mezclados con los ricos y

y famosos que esperaban manipular a los legisladores con promesas de financiación de campaña y vacaciones en yates de lujo con todo el personal necesario.
Nada de eso atraía a Montana. Prefería estar montando a caballo en la pradera o contemplando el gran cielo en una noche estrellada. Ni siquiera podía ver las estrellas en Washington. La contaminación lumínica estaba fuera de escala y era visible desde la Estación Espacial Internacional como una joya chillona en una larga cadena de joyas igualmente chillonas que bordeaban la Costa Este.

Un mensajero en bicicleta se detuvo en la acera, en la esquina del edificio en el que se apoyaba Montana. La cesta delantera de su bicicleta de color amarillo brillante estaba sobrecargada de pequeños paquetes y gruesos sobres, precariamente apilados. Hincó la pata de cabra y se apeó. Uno a uno, sacó los paquetes más grandes y los alineó contra el edificio. Luego los colocó cuidadosamente en la cesta. Un momento después montó en su bicicleta y se marchó.
El mensajero pasó junto a Montana y cruzó la calle.
Montana miró en la dirección por la que había venido el ciclista y frunció el ceño. Un pequeño paquete yacía contra el ladrillo del edificio.

Mais sobre este produto