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LECTURAS TAURINAS 2 ( Una lectura para apasionados del Toro Bravo ): El Dr Zaldivar nos traslada al mundo del toro a traves de enriquecedores relatos... (Spanish Edition)
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LECTURAS TAURINAS 2 ( Una lectura para apasionados del Toro Bravo ): El Dr Zaldivar nos traslada al mundo del toro a traves de enriquecedores relatos... (Spanish Edition)
Se pueden contar con los dedos de una mano los ranchos bravos que, en los paísescriadores, reúnen las características agroecológicas óptimas para conseguir el éxito en tan
secular misión zootécnica. De esos ranchos, San Antonio de Triana ocupó un primerísmo
lugar. En los próximos años, decía hace ahora un cuarto de siglo, en la medida en que
continúe el citado deterioro genético-biológico de esta singular raza bovina, los ganaderos de
reses bravas -no sólo en México sino también en España y restantes países criadores de
toros de lidia-, inevitablemente tendrán que acudir solícitos a Guadalupe de las Corrientes,
en el municipio de Villa de Cos, para adquirir sementales y vacas de vientre -como hizo el
matador de toros Joselito Huerta, en 1981, para llevarlos a su rancho El Coloradito, ubicado
en el mismo municipio- pues únicamente ahí encontrarán hatos de ganado con casta brava
auténtica, con los que mejorar sus ganaderías.
En el rancho San Antonio de Triana los terneros nacen como los amores, a la sola
invocación del Santo. En las hondonadas de sus sierras, a merced de los vientos lujuriosos
del semidesierto y de las despiadas heladas invernales, nacen dos variadades de rosas
silvestres, una de ellas aún sin clasificar para la Ciencia Botánica y que, dicho sea de paso,
debería denominarse: Rosa Ibargüengoitia, hermana tal vez, de las que espontáneamente
hizo brotar la Santísima Virgen de Gualapupe en el Cerro del Tepeyac y que, por Su indicación,
cortó nuestro Beato Juan Diego, en versión de todos conocida. Esas Rosas hermosas no
son fáciles de encontrar. Hace unos años se vieron muchas, junto a lirios silvestres muy
esbeltos, reuniéndose en coros alegóricos de estampas celestiales, para acompañar a don
Manuel en su viaje cósmico. Y es que la Guadalupana Emperatriz de Las Américas y Patrona
del Universo, anunciará hasta la eternidad sus complacencias con ramos de rosas y, siguiendo
su ejemplo, de la misma forma procederemos los hombres con «el amor de sus amores.»
Don Manuel, con sus dos apellidos vascos, contenedores de nobles mensajes ocultos,
en un esfuerzo supremo, ése que sólo les es dado realizar a los héroes, aceleró los latidos
de su corazón y, poco antes de concluir sus pasos terrenos, fue a su rancho de San Antonio
de Triana, atravesando el semidesierto inhóspito, pero siempre sugestivo, una vez más,
desgraciadamente la última, para decir: ¡Adiós! a su gente, sus toros, vacas, terneros y
potreros, dándoles un abrazo de eternidades. Y, al mismo tiempo, dejó allí, como palomas
amorosas, sus ricos sentimientos humanos, a cambio de cortar ramos de rosas y lirios
silvestres, que sin que nadie le viese, ocultó en su corazón y se los llevó días después a las
estrellas, despositándolos con todo su cariño en el Trono Mariano de la Virgen de Guadalupe.
En 1984 fui a San Antonio de Triana a recoger un semental bravo, con el número 77,
para el rancho de El Coloradito y que un año después me pudo infringir una cornada mortal.
Llegué ya entrada la noche. En sueños, envuelto imaginativamente